Sexo y pecado ¿Premio o castigo? La sexualidad liberada en la época virreinal

Sexo y pecado ¿Premio o castigo?

Al pensar en la sexualidad y la vida cotidiana de la Nueva España, es normal imaginar una sociedad reprimida por los valores de la iglesia y, aunque en cuestiones normativas y morales así fue, las personas preferían explorar su sexualidad, aunque esto tuviera consecuencias.

Para entender la sexualidad novohispana debemos retroceder un poco al pensamiento patricio de la edad media y los grandes cambios realizados en el concilio de Trento (1530), donde se determinaron normas y formas de vivir la sexualidad dentro de la fe católica. Con la finalidad de no cometer pecados como la lujuria o la simple fornicación, se estableció que el sexo se debía tenerse solo en el matrimonio y sin deseos de placer. Sin embargo, los modelos de comportamiento rara vez eran seguidos.

Los pecados y la sociedad

Muchas personas confesaron sus pecados y otras tantas fueron acusadas por tener relaciones sexuales fuera del matrimonio (amistad ilícita); engañar a sus conyugues (adulterio); tener relaciones sexuales con parientes de los primeros cuatro grados sanguíneos o parientes espirituales (incesto); robarse mujeres y obligarlas a tener relaciones sexuales (estupro); masturbarse (polución); tener relaciones sexuales con personas de su mismo sexo o practicar posiciones no aprobadas por la iglesia (sodomía); y también por violar animales (bestialidad). 

Todas estas normas existieron para ser aplicadas en una sociedad que constantemente las rompía. Sabemos esto gracias a los archivos eclesiásticos pues ellos eran los encargados de llevar los juicios de carácter sexual, aunque, son solo una pequeña muestra del funcionamiento de dicha sociedad.

Es interesante estudiar cada caso, pues nos permite ver la aplicación y modelación del derecho para cada caso. Así mismo se puede ver la relajación de ciertos valores, la rigidez de otros y la sexualidad privada de las personas.

 Entre matrimonios, uniones libres, relaciones con sirvientes, falsas promesas de matrimonio, chantajes para tener relaciones, amores homosexuales y personas momentáneamente despreocupadas y guiadas por los placeres carnales; podemos ver la configuración de la represión sexual y la transgresión en una sociedad poco católica y muy patriarcal. 

Lavrin, Asunción, “La sexualidad en el México Colonial”, en Lavrin, Asunción (coord.) “Sexualidad y matrimonio en la América hispánica, siglos XVI-XVIII”, México, Grijalbo-CONACULTA, 1991. p. 55-93.